El monstruoso libro de los Monstruos
Thomas Brezina
Ilustraciones: Bernhard Förth
Traducción: José Antonio Santiago-Tagle
Ediciones SM
Páginas: 223
ISBN: 9788422675525
Un divertido conjunto de relatos y trucos para conocer mejor el mundo del terror.
Es el cumpleaños de Max y los monstruos del tren fantasma le regalan un libro viejo. Al principio está decepcionado porque se imaginaba algo más emocionante.
Pero poco a poco irá descubriendo que en este libro pueden pasar cosas muy emocionantes. En este libro monstruoso Max encontrará: aventuras escalofriantes de las que él mismo será protagonista, historias de fantasmas, experiencias de muchos lugares del mundo donde han aparecido espíritus y fantasmas, trucos terroríficos y bromas fáciles de preparar que ponen la piel de gallina.
Antes que nada decir que esto no pretende ser una reseña ni nada parecido, aunque quizás de cierta forma se pueda asemejar, esto simplemente es un hueco que les haré a esos libros que amé durante mi infancia y me acompañaron a los largo de los años y hoy en día guardo como lo que son: tesoros.
Desde siempre me ha gustado el terror, el miedo, los monstruos, en general disfruto pasándolo mal por lo que cuando mi madre vio este libro en el catálogo de Circulo de lectores no dudó en comprarlo, tengo que decir que es de los pocos libros que tengo hechos un desastre y no me importa, porque es de todas las veces que lo leí, de ir a todos sitios con el libro, de manosearlo e incluso jugar y es que esos trucos hay que hacerlos.
Hace mucho que lo leí y no recuerdo todos los detalles pero si que lo disfruté un montón, sobre todo las historias de fantasmas y sin contar en todas las ocasiones en las que me quería cambiar por Max, por tener de amigos a unos Monstruos, por vivir un montón de aventuras y es que si este libro me trae recuerdos es de eso, de aventuras, bueno y de tener que mirar debajo de la cama antes de acostarme.
Como curiosidad aunque no tiene que ver con el libro, si que me dijeron que como no dejara de leer tanto me iba a volver loca y le pidieron a mi madre que me lo prohibiera, evidentemente no lo hizo y seguí disfrutando con mi libro.
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