La luz que perdimos
Jill Santopolo
Traducción: Inés Belaustegui Trías
Suma de letras
Páginas: 393
ISBN: 9788491291787
Él fue el primer hombre que la conmovió, que la inspiró, que la comprendió de verdad. ¿Estaba destinado a ser el último?
Lucy y Gabe se conocieron durante su último año en la universidad un día que les cambiaría para siempre. En ese momento decidieron que necesitaban hallar un sentido para su vida, aprovecharla, dejar huella. Jóvenes y enamorados, parecían tener el mundo a sus pies. No esperaban que fueran sus propios sueños los que los separaran. Pero Gabe aceptó ir a trabajar como fotógrafo de prensa a Oriente Próximo y Lucy decidió continuar su carrera en Nueva York.
Así comienzan trece años de anhelos, deseos, celos, traiciones y, sobre todo, amor. Separados por continentes, pero nunca lejos del corazón. ¿Era realmente su destino acabar juntos su viaje?
Espero que algún día encuentres un amor así,
un amor que todo lo consuma, un amor poderoso,
que te haga sentir que te estás volviendo un poco loco...
Pero además invencible e infinito.
Desde que vi este libro quise leerlo, la sinopsis me llamó la atención pero también por los comentarios sobre que hace llorar y aunque es algo que no consiguen todos los libros me apetecía probar, ya adelanto que no lloré pero si que rompió algo en mí.
Esta es la historia de Lucy y de Gabe, dos jóvenes que viven una preciosa historia de amor, de esas que solo parecen existir en los sueños, y justo son ellos los que van a separarlos. Cada uno tiene que perseguir los propios y los de Gabe están lejos de Nueva York. Desde aquí comienza otra parte de la historia donde el amor siempre estará presente pero de una forma muy diferente a lo planeado.
Cuando lo empecé a leer no conseguí engancharme a la historia, la verdad es que incluso me aburría, veía clichés y pensaba ¿dónde esta la gracia de este libro? pero Doña Quejica me seguía animando a leerlo y gracias que le hice caso, porque poco a poco me fue conquistando y desde luego que me alegro de haberlo leído. Ahora me puedo responder y es que la gracia no solo está en la historia,está en la mano de la autora que crea una historia que vives, que se hace tan real que sientes que te la cuenta una amiga, la crees, la celebras y la sufres.
En los agradecimientos la autora cuenta que escribió esta historia mientras sufría por amor y además que tardó años en escribirla y es algo que se nota, está macerada a fuego lento, está llena de emociones y está viva, sí, esa podría ser la definición de esta novela.
Esta es la historia de Lucy y de Gabe, dos jóvenes que viven una preciosa historia de amor, de esas que solo parecen existir en los sueños, y justo son ellos los que van a separarlos. Cada uno tiene que perseguir los propios y los de Gabe están lejos de Nueva York. Desde aquí comienza otra parte de la historia donde el amor siempre estará presente pero de una forma muy diferente a lo planeado.
Cuando lo empecé a leer no conseguí engancharme a la historia, la verdad es que incluso me aburría, veía clichés y pensaba ¿dónde esta la gracia de este libro? pero Doña Quejica me seguía animando a leerlo y gracias que le hice caso, porque poco a poco me fue conquistando y desde luego que me alegro de haberlo leído. Ahora me puedo responder y es que la gracia no solo está en la historia,está en la mano de la autora que crea una historia que vives, que se hace tan real que sientes que te la cuenta una amiga, la crees, la celebras y la sufres.
En los agradecimientos la autora cuenta que escribió esta historia mientras sufría por amor y además que tardó años en escribirla y es algo que se nota, está macerada a fuego lento, está llena de emociones y está viva, sí, esa podría ser la definición de esta novela.
No sé como definir el final y tampoco debería hacerlo, la verdad es que no creo que deba de hablar ni de como me hizo sentir, es mejor descubrirlo al leerlo.
Una historia viva y real que habla el inmenso poder del amor.
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